#29 "Tampoco las protestas de Malmö que enlazas tenían por objeto atacar el judaísmo o a los judíos, sino criticar y denunciar las acciones criminales del Estado de Israel con los palestinos."
"the neo-Nazi Nordic Resistance Movement claimed responsibility for projecting the words “The Holocaust was a scam” on the synagogue’s walls. And this was far from the only incident to have troubled Malmö’s Jewish community over the past two decades. Explosive devices have been detonated outside the synagogue, Jews have been physically assaulted, and certain schools are known to be no-go zones for Jewish children."
"Two days later, two fire bombs were discovered outside the Jewish burial chapel in the southern Swedish city of Malmo."
"A Swedish journalist put on a kippa, sat at an outdoor café and wandered into Rosengaard. He was called a Jewish Satan, and people threw eggs at him from their apartments."
Todo eso va más allá del antisionismo.
Portada
mis comunidades
otras secciones
#19 Lo volveremos a repetir para compensar cada mentira con una verdad. Tampoco las protestas de Malmö que enlazas tenían por objeto atacar el judaísmo o a los judíos, sino criticar y denunciar las acciones criminales del Estado de Israel con los palestinos. Porque lo que está haciendo Israel ahora mismo contra la población civil palestina no supone un cambio cualitativo con respecto a lo que lleva haciendo desde 1948, sólo cuantitativo: en el número de palestinos asesinados y en el porcentaje de niños entre esos asesinatos. Hechos que la ONU lleva denunciando décadas mediante resoluciones que Israel ha incumplido sistemáticamente. ¿Cuántos judíos han muerto desde entonces fuera de Israel, cuántos judíos han sido asesinados en nuestro continente? ¿a cuántos hemos expulsado de sus casas o de nuestros países? ¿cuántas expresiones de furibundo odio hemos podido ver contra los judíos durante estas décadas? No somos antisemitas, somos antisionistas y lo somos porque como demócratas tenemos EL DEBER de enfrentarnos al fascismo. Y lo estamos haciendo con la única violencia de nuestras palabras y nuestros gritos.
Estamos gritando ¡queremos paz! y ellos, sintiéndose amenazados por nuestro deseo de paz, nos apuntan con sus armas y nos acusan de odiarlos. Así que repitámoslo siempre, haciendo acopio de toda la calma que podamos: no somos antisemitas, somos antisionistas. Somos antifascistas.